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lunes, 20 de junio de 2016

Misioneros y Misioneras reunidos en Mancor


A los 125 años de aproximarnos al respectivo carisma

Manuel Soler Palà, msscc


El día 18 de Junio tuvo lugar el anunciado encuentro entre misioneros y misioneras de los SS. Corazones. El escenario fue el pueblo de Mancor, en la Sierra de Tramuntana, en lo alto de un montículo en el cual mora una comunidad de las religiosas. La cima ofrece al visitante una muy gratificante vista del paisaje mallorquín.

Desde hacía unos meses que unos cuantos miembros de las respectivas Congregaciones trabajaban en el tema. Se habían reunido un par de veces en La Real. Algunas de ellas viajaron desde Catalunya, de manera que el esfuerzo fue mayor. En estos encuentros nos informábamos del rumbo de los trabajos y del ritmo en que avanzaban.

A las 10:00 se encontraba todos los asistentes en el lugar. Las Hermanas estaban allá en mayor número que nosotros, en proporción de tres a uno. Por parte de los Misioneros estaban los 7 miembros del Consejo y los cuatro que trabajamos en el tema: PP. J. Amengual, J. Reynés, M. Soler e Hippolite Voka. También se unió al grupo el P. Melchor Fullana. Recibió muchos saludos, particularmente de las Hermanas que habían trabajado en Rwanda.

Antes de sentarnos en la sala se intercambiaron los saludos de rigor. Algunos hacía años que no se veían. Acabados los saludos, efusivos o discretos, dijeron unas palabras de bienvenida e inauguraron el encuentro el P. Superior General P. Emilio Velasco y la Superiora General Lilian Carrasco.



En la mesa de los ponentes había mucha gente sentada. Cada uno de ellos iba a presentar su trabajo ―muy resumido, claro está― acerca de la aportación de carisma de cada Congregación a la Iglesia y a la sociedad en los pasados 125 años de historia. Allí estaban el P. Josep Amengual y Sor Jeroni Sampol que abrieron el fuego ofreciendo datos y conclusiones acerca del período de la fundación hasta su aprobación. Quedó bien sentado que los años fundacionales dejan tras de sí una gran dosis de ilusión y el personal arrima el hombro para solidificar el carisma que irrumpe con fuerza.

Desde los años ’30 hasta el Vaticano II expusieron lo que ocurrió en las respectivas Congregaciones el P. Manuel Soler y Sor Bárbara Mesquida. Período en el que ya el influjo del Fundador/ra quedaba más lejos y en el que se experimentaba una cierta opresión y obscurantismo en la Iglesia. Por si fuera poco el alzamiento franquista contaminaba ideas y sentimientos en el personal. 


El período del Vaticano II hasta el presente lo desarrollaron el P. Jaume Reynés y Sor Margalida Cerdà. Complementó la visión africana el P. Hippolite Voka, mientras que Sor Alicia Juan destacaba hechos, encuentros y reuniones habidos durante estos años. La espiritualidad de ambas Congregaciones está enraizada en los documentos y los horizontes proclamados por el Vaticano II. De modo que, al tratar este punto, se habla más de presente y de vivencia que de historia pretérita. 

Cada exposición duró un cuarto de hora. Sor Lilian Carrasco ―atenta celadora del tiempo― avisaba en cuanto el período estaba por agotarse. Así y todo las aportaciones en conjunto duraron más de dos horas. Se hizo un descanso más que merecido para desentumecer los músculos y así volver a la tarea. Ahora se trataba de dialogar acerca de lo escuchado. Sin embargo las preguntas previstas fueron dejando paso a un diálogo más informal. Un buen pellizco del mismo versó sobre los motivos que llevaron a interrumpir la fluida comunicación que, a lo largo de muchos años, había tenido lugar entre personas de ambas congregaciones. No se pudieron aducir con precisión las razones. 

Se pasó al comedor porque no de sólo palabras e ideas vive el ser humano. Luego se conformaron tres grupos de diálogo que pusieron en común algunos sentimientos, ideas y propuestas. Se abundó en lo conveniente y oportuno de repetir encuentros de este tipo. Animan al personal, nos estimulan a sumergirnos en nuestra común espiritualidad y se fortalecen las relaciones amistosas. Todos convenimos en que resulta muy refrescante echar la vista atrás para otear la historia de nuestros carismas. 


Los Misioneros hacíamos hincapié en que bien podemos celebrar que actualmente la espiritualidad que vivimos tiene sin duda una base más bíblica y se alimenta de una más sólida teología. Las Misioneras se sienten animadas a trabajar en lo que ya es una preciada tradición para ellas: la promoción de la mujer. La cultivaron en el Puig de Pollença, en el Colegio de la Criança y la ermita de Sta. Lucia, para limitarnos a Mallorca.

Resultó muy refrescante la lectura del carisma de una y otra Congregación. Por otra parte así se pone en práctica lo que las cúspides de los religiosos y religiosas en Roma repiten una y otra vez: la necesidad de apoyarnos mutuamente nuestras tareas, sin excluir proyectos entre Congregaciones diversas. 

Es preciso seguir profundizando en la inculturación de nuestro carisma, especialmente en culturas emergentes o muy diversas de la europea, como la africana o la latinoamericana. También nos urgen a ensanchar nuestras tiendas las demandas del laicado misionero. Por parte de los Consejos de ambas congregaciones quedó muy claro el apoyo a este tipo de iniciativasla última de las cuales ha culminado en el encuentro de Mancor del Valle. 

Una Eucaristía presidida por el P. Josep Amengual, que en años pasados colaboró en la redacción de varios proyectos y documentos de las Misioneras de los SS. Corazones, puso el punto final al encuentro.



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